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Semana 20-26 noviembre

  • csinterpresstrad
  • 28 nov 2017
  • 3 Min. de lectura

Esta semana nos hemos dedicado, de modo exclusivo, al análisis y reflexión de la traducción profesional. Hemos aportado varios blogs en lo que se trataban diferentes aspectos muy interesantes. Nos hablan de la profesión desde un punto de vista personal y, en algunos casos, podemos conectar con el escritor.

En la revista Jot Down podemos encontrar el artículo «Traducir en tiempos de penuria» que profundiza en la importancia de la traducción social y que hace que nos sintamos orgullosos del maravilloso trabajo que hacemos. Traducir no solo tiene que ver con la transposición de palabras de una lengua a otra, sino la influencia que tiene en la vida.



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En tiempos de guerra, en el que, a veces, la única solución viable es escapar a otros países, donde los refugiados se encuentran con una lengua ajena a la suya, la traducción puede suponer un puente entre las distintas culturas, una manera de escapar de un mundo casi irreal y transportarnos a los momentos idílicos en los que desearíamos estar o los que ya hemos vivido. En otras ocasiones, permite derribar los obstáculos que se interponen cuando nos instalamos en un país cuya lengua materna no es la misma que tenemos nosotros. De esta manera, podemos conocer mejor la cultura y la lengua de dicho país. Convivir en el entorno en el que se ha escrito el libro permite comprender de una manera más clara el texto.


En cualquier caso, puede resultar que las preguntar que una traducción nos obligue a formularnos justifiquen las imperfecciones que puede tener un texto. Es decir, que puede haber traducciones que se complementen o que simplemente haya veces que la forma no sea tan importante como el contexto en el que ubiquemos al lector.


La traducción, pues, es un cruce de caminos, puertas que se abren y que nos permiten evadirnos del mundo que nos toca vivir, ya que la sensación de penuria, de desarraigo, es una sensación que la puede estar sufriendo cualquiera en cualquier momento.


En el blog MUTE THE MIKE, una traductora e intérprete licenciada en la universidad de Barcelona escribe la «reseña de la mesa redonda sobre traducción y voluntariado de APTIC». Una de las razones por las que escogimos este artículo es porque, conforme se aproxima nuestra fecha de lanzarnos al mercado laboral como traductores e intérpretes, muchos de nosotros buscamos formas de darnos a conocer y mostrar que nuestro trabajo importa y debe ser respetado. Una de estas formas son los voluntariados, o la colaboración con ONG.


Antes de centrarnos en los aspectos de este artículo que nos ayudan a marcar líneas rojas en la búsqueda de un voluntariado, recomendamos fervientemente tanto la lectura completa del artículo, donde resaltamos la reflexión que se hace de la organización Translator without Borders, como de la entrada «Voluntariados en interpretación – La delgada línea entre cooperar y trabajar gratis» que aparece en este mismo blog. Para saber delimitar estos términos de los que hablábamos, la autora nos pide que antes de realizar un trabajo no remunerado hagamos una breve reflexión sobre el tipo de organización y el encargo que vamos a llevar a cabo. De estas consideraciones hemos rescatado tres puntos que nos parecen esenciales y no tan intuitivos como pueden ser los demás:


Primeramente, quién es el receptor directo de la traducción que vamos a hacer. Es muy distinto ejercer de mediador para que, por ejemplo, mujeres sin recursos reciban la información necesaria para asegurar sus derechos sexuales y reproductivos, que para que dos cargos de una organización puedan comunicarse entre ellos.


En segundo lugar, con qué recursos cuenta esta organización. Si tiene una partida presupuestaria para los expertos en márquetin que sacan adelante una campaña para concienciar a la población, ¿por qué la labor que ejercen los traductores no recibe el mismo trato?


Finalmente, qué volumen de trabajo de traducción manejan estas organizaciones. Como hemos dicho anteriormente, si se trata de organizaciones que necesitan encargos puntuales y no cuentan con el presupuesto necesario, el traductor voluntario es la solución. Pero si se trata de una organización internacional que necesita que la difusión de su trabajo sea continuamente traducida es lógico pensar que necesitan una plantilla de traductores profesionales, quienes aseguren una traducción de calidad y reciban una remuneración adecuada por el trabajo que realizan.


Yorumlar


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